Por Keila López Alicea /El Nuevo Dia
Tras un proceso de evaluación de un año, la Iglesia Metodista de Puerto Rico presentó ayer un informe en el que oficializó su apoyo a la medicación de la droga como una herramienta para reducir la adicción a sustancias controladas en la Isla.
El obispo Juan Vera resumió los hallazgos que los llevó a tomar su postura al señalar que el gobierno de Puerto Rico ha asumido durante años un enfoque punitivo cuando se trata de personas adictas a las drogas sin lograr resultados concretos.
“Más que una respuesta punitiva y que se siga usando el dinero del presupuesto del gobierno para atender con castigos este mal, se debe usar un enfoque integral, donde se tome en cuenta el elemento espiritual pero también el elemento científico”, expresó Vera.
El religioso explicó que el documento “Hacia un tratamiento integral de la persona, apoyado con medicamentos” no propone que todos los drogadictos sean medicados, sino que la decisión la tomarán los especialistas encargados de su tratamiento.
Vera indicó que ayer mismo le enviarían el documento al gobernador Luis Fortuño, a los presidentes de la Cámara de Representantes y el Senado y a diversos jefes agencias.
“La idea es que cuando se vuelva a discutir el tema, sobre todo en la Legislatura, vamos a estar listos como Iglesia para defender una posición”, señaló el obispo.
Como primera medida, Vera indicó que ya iniciaron un diálogo con el director ejecutivo de Iniciativa Comunitaria, el doctor José Vargas Vidot, para trabajar proyectos en conjunto para ayudar a los adictos a drogas.
“Es triste cómo muchas de nuestras iglesias tienen instalaciones extraordinarias pero permanecen cerradas la mayor parte de la semana mientras la comunidad alrededor tiene tantos problemas, así que hemos puesto a su disponibilidad nuestras estructuras para programas de apoyo”, dijo el obispo.
El sociólogo Samuel Figueroa, quien formó parte de la Comisión de Estudio sobre la Medicación de la Droga de la Iglesia, sostuvo que lo innovador de este informe es que no sólo se basaron en postulados científicos para llegar a su conclusión, sino que también partieron de las bases teológicas de la Iglesia Metodista.
“Este es el primer intento articulado de conectar la lúcida reflexión teológica del reverendo Domingo Marrero Navarro de que Cristo es Dios irrumpiendo en la historia con propósitos redentores, con una teología práctica de sanación”, señaló Figueroa.